en el tiempo de los reinados, en algún lugar del planeta dos reyes terminaron su amistad por discrepancias de la vida cotidiana; y desde ese momento ambos reinos se encontraron separados por un río así como por el color que cada reino adoptó como suyo
de un lado de la margen del río el rey lazius, quien tenía un hijo, joven, noble, valiente, caballero de buen corazón y solidario, el príncipe tendosius quien solo vestía de verde y lucia una corona de piedras preciosas verdes. y, desde luego, los adornos del reino eran todos de cuanto tono verde exista
en la otra margen el rey amorius, quien vivía junto a su hija la princesa atania quien solo lucía vestidos blancos que le confeccionaba su madre y adornaba su cabeza con una pequeña corona de oro
una noche cualquiera la princesa atania cedió a la curiosidad de mirar de cerca el castillo enemigo y llego hasta orillas del río y ¡vaya asombro! ahí justo frente a ella estaba el futuro rey. solo se miraron y el amor surgió entre ellos, y en ese mismo instante en ambos crecía una pregunta:
¿cómo estar juntos? sí, cada cual tenía claro que su padre/suegro coincidían en algo: no permitirían esa unión jamás
transcurrieron nueve lunas y fue entonces que con absoluta determinación emprendieron la construcción de un puente con lazos verdes y blancos para evidenciar al mundo que ni los padres, ni las guerras, ni nada, ni nadie podría romper el amor verdadero que sentían el uno por la otra
a una milésima de unir sus manos lazius y amorius intentaron que su hijo y su hija no se unieran, sin embargo, esa milésima ya dejaba que las energías de los enamorados se rozaran y se fusionaron uno y la otra en una planta de hojas largas como cintas de los colores de ambos reinos, que en primavera regala una flor blanca con dorado. planta que lleva el nombre de “lazos de amor” y que tiene la fama de sanar cualquier corazón herido por amor, solo plantando/cuidando uno de sus gajos