Destacamos que el “cambio mental toma tiempo“, y es el pilar para la revolución social “de hecho“ y sin violencia. Y es que si bien el miedo sostiene el sistema, por cuanto el individuo hace lo que se le pide por miedo mínimo a perder su trabajo; la indignación por su parte lleva al individuo a un punto en el cual ya le da lo mismo lo que pase si reacciona. Sin embargo, en este punto -como en todo- hay dos caminos posibles hoy comprobados por experimentos de la neurociencia: a) que el individuo convierta la indignación en rabia que lleva al enfrentamiento, ó b) que genere esperanza que significa que algo cambiará a partir de mi acción. Y la esperanza se construye con gente junta, “yo no puedo, usted no puede, pero muchos juntas podemos“ generando una viralidad que permite algo presuntamente imposible.
Asi que hoy como siempre nos despedimos con la esperanza que el pueblo costarricense se indigne junta y haga una revolución a la tica, de hecho y sin violencia, no dejándonos calentar la cabeza sino marcando la diferencia.
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