La dicha de vivir en el trópico quizás nos juega alguna mala pasada, en el sentido que todo el año tenemos acceso a lo que consumimos. En otras latitudes se hace necesario preservar los alimentos, una técnica sencilla es la salazón que al otro lado del planeta permite tener carne, pescado y una gran cantidad de verduras y hortalizas a disposición por más tiempo. Hoy en la huerta trabajamos con el chile manzano y el apio. Y el resultado fue gratificante.
Y para nada olvidamos que todo inició un día cualquiera en que dejamos caer una semilla
La salazón se ha convertido en una aventura del paladar, con la dicha que cada una que hemos preparada ha sido del gusto de alguien por ahí, así que todas tienen su fan.
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