Cuando se está atenta a la naturaleza, el camino es de deconstrucción, re-aprendizaje, nutrir el ecosistema completo y cerrado que es cada cual, cambia las palabras/sermones por observación/asombro. Una de esas lecciones desaprendidas va con el tiempo para ser, sin duda el tempo lo marca el ecosistema. En el mismo terreno, en el mismo clima, está este hermosísisimo marañón, que cada año se pone rojo en la época de cosecha.
Y tan solo a unos metros de distancia, está este otro, que ya dió cosecha.
Ambos pasaron por la sentencia de las personas lugareñas que dijeron: en esta zona no sirven los frutales es demasiado seca, es dinero pérdido traer árboles.
Una y otra vez, en la naturaleza el ritmo lo marca cada ser vivo.
Día para dejar caer una semilla en el planeta
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