Se alargan los días en que como sociedad es evidente el reclamo del derecho a insultar, descalificar y
amenazar. Aún cuando no se trata
de cambiar a nadie, si se tiene la convicción que quizás es tiempo que vaya creciendo la voz que apela a mantener intacta la dignidad de las personas
con las que se difiere en pensamiento y actuar; es considerar la posibilidad de
que todo aquel que insulta en el fondo está convencido de “tener la razón“, de ser dueño de la verdad y, dejar de lado el reposar para seguir
intentando la argumentación y formular las propias ideas y expresarlas. Cada cual como
persona tiene derecho a expresar las propias opiniones, redactarlas,
publicarlas o comunicarlas y tales expresiones deben ser, sino compartidas, respetadas. Sin embargo, quien insulta y amenaza inhibe toda forma de diálogo, ataca la autoestima, el valor y la identidad de la otra persona, por ello en este blog promovemos que insultar, desacreditar y amenazar no son un derecho sino una agresión, y ser permisivo/tolerante es una manera de profundizar la situación. ¡ERGO! de alguna manera todas contribuimos.
día para dejar caer una semilla
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