Para finalizar el
año calendario la vida nos tenía reservada la bendición del trabajo en
compañía. Y digo en compañía
porque en ocasiones cuando visitamos somos invasivos, llegamos con nuestro
estilo de ocio y lo imponemos, y eso no está mal, sólo que algunas veces como ayer, las
personas que nos visitaron llenaron su día de ocio de los valores de Las
Malqueridas, haciendo realidad nuestra consiga de que se puede aprender, intentarlo, levantarse y cambiar. Ayer 19 de diciembre sembramos 200
yucas, lo cual implicó preparar la semilla, preparar el terreno, sembrar y volver a sembrar la
que no quedo tan bien.
Posteriormente, aprendimos a cosechar yuca y para rematar cuando fuimos
por los alrededores de la finca, hubo un test para ver si ya reconociamos la
planta de yuca, mientras les comentaba que justo hace un año un vecino nos regaló 20 semillas de yuca y hoy ya hemos cosechado y tenemos semilla para sembrar más de 4 hectáreas.
Hoy cuando desayuné yuca no pude evitar agradecer de corazón el trabajo honrado y respetuoso de los seres vivos que la trajo hasta mi mesa.
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