Hoy, en la tierra, a la hora exacta
No escuché al bambú cantar
No alcancé a entonar el trino de ninguna ave
Si algún ser vivo rastrero estuvo cerca de mí,
No lo sabré
Y cuando pensaba que ya me había invadido
Este hermoso seto, me cautivó.
La modernidad de fin de semana solo me
Alcanzó, aún no me ha invadido
Mas este es el canto seguro de una muerte anunciada
Una y
mil veces, con todo respeto y humildad, le pido que considere cuando va a la ruralidad,
dejar su potente equipo de sonido en casa, den oportunidad a la niñez de
interactuar con sonidos que en la ciudad no alcanzan a escuchar justamente por
el ruido que nos rodea. Permitan que los
animales silvestres, el viento y la vegetación, sean la música ambiente. Hoy a las 7:00 a.m. el reguetón fue rey; y según entendí la música estaba baja por ser
temprano.
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