miércoles, 24 de junio de 2015

Regalos vivos

Reconozco que me gustan los regalos vivos, los que se quedan con nosotras y hay que cuidar, porque nos enseñan, nos hacen pasar momentos de angustia y de pronto -ahora recuerdo bien esta primera hoja de la plumería- nos llenan de satisfacción, de la sensación del trabajo bien hecho, aún cuando no comenzamos muy bien, la perseverancia cambio la historia.

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Sin duda una vez más podemos decir: la descalificación que en ocasiones viene de afuera, no debe echarnos para atrás en ningún emprendimiento que venga de adentro.  Los resultados inmediatos no son sinónimo de persistencia en el tiempo.



Así que hoy, ¡no aflojen!.  El cambio que reclama el mundo requiere de personas capaces de tomar el toro por los cuernos, el tiempo que sea necesario.

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